Cuando tomamos la decisión de empezar hacer un cambio físico, bien sea para bajar o aumentar de peso, lo primero que se viene a la cabeza de una gran mayoría de personas es “bajo de peso para estar flaca/o” o “si logro engordar estaré más bonita/o”. Sin saber que más allá de realizar un cambio físico es cambiar completamente todos nuestros hábitos.

¿Cómo podemos cambiar nuestros hábitos?

Formar hábitos cuesta pero cuestan más las consultas médicas, los fármacos, los exámenes constantes por alguna patología, sea severa o no, que en la mayoría de los casos la producimos nosotros mismos. Por no llevar una buena alimentación, por sedentarismo o por la más común por las excusas. 

Es válido y entendible que los comienzos siempre son difíciles y que nos asusta no poder llegar a cumplir la meta. ¡Más difícil se vuelve si no lo intentas! ¡Más difícil se vuelve si te quedas en el mismo lugar!

Si cumplimos minuciosamente las rutinas veremos los resultados. Es importante destacar que todos somos distintos y asimilamos los procesos y cambios de forma diferente.

Todos van a su tiempo. Tu estilo de vida no es igual al mío y, por ende, lo que te funciona a vos no quiere decir que me funcionará a mi. Arma el estilo de vida saludable de acuerdo a lo que tu cuerpo necesita.  

Recordá que la salud siempre será más importante que el cambio físico. Sanar de adentro hacia afuera y proyectarlo.